Nacimos como negocio familiar en 1899 en Calanda, Teruel.
Empezamos trabajando con un simple molino para elaborar Aceite de Oliva.
Actualmente la que está trabajando es ya nuestra 4ª generación desde su fundación.
En Marchenica día a día nos esforzamos para llevar a tu mesa los mejores alimentos calandinos.
Desde nuestros orígenes siempre ha sido nuestro objetivo principal ofrecer la esencia del Bajo Aragón.
Tantos años de recorrido y experiencia nos han enseñado que trabajar con productos de primera calidad sí importa.
En 1899 Pedro Celma Navarro instala un molino en sus campos de Calanda para elaborar Aceite de Oliva. Es en este mismo año cuando funda Marchenica.
En la década de los 50 Juan Manuel y Francisco Celma Sanz además de continuar con la elaboración de aceite y la modernización del molino, pasan a estar al mando de Marchenica y de la empresa valenciana dedicada a la comercialización de frutas de Esteban Iborra Andreu, el suegro de Francisco.
Fue en estos años cuando los campos calandinos y sus cosechas se vieron afectados por una gran plaga de mosca. Ambos hermanos desarrollaron una solución eficaz contra esta plaga: la técnica del embolsado del melocotón.
¿En qué consiste esta técnica? Te lo explicamos.
El embolsado del melocotón se emplea durante el periodo de desarrollo del fruto donde este queda protegido.
Consiste en colocar una bolsa de papel cristal totalmente cerrada y sujeta tanto al melocotón como a la rama.
Además de proteger el fruto, consigue una maduración uniforme, una textura refinada y un sabor y aroma inconfundibles.
Gracias a ella el ataque de la plaga en esos años fue menos agresivo.
Esta aportación supuso un antes y un después en el cultivo del Melocotón de Calanda.
Con los años se ha convertido en el paso principal para conseguir la calidad que lo caracteriza, su fama mundial y su reconocimiento en forma de Denominación de Origen.
Actualmente sigue aplicándose como técnica ecológica contra la plaga de la mosca de la fruta.
La tercera etapa de la empresa liderada por Esteban Celma Iborra supuso una transformación y modernización para Marchenica.
Se introdujeron nuevos procesos de elaboración y se amplió la gama de productos, adaptando los formatos para hacer posible su distribución tanto a nivel nacional como internacional.
Con la modernización de las fincas familiares, se mejoró la eficiencia del agua y se incorporó nuevas líneas de productos de cultivo ecológico. Consiguiendo ampliar y adaptar los nuevos procesos a las instalaciones de elaboración de productos.
La etapa actual de Marchenica está liderada por Francisco Celma Aznar.
Además de la contínua modernización de las fincas familiares y procesos productivos, seguimos incorporando nuevas variedades de los productos que ofrecemos adaptándolas a los tiempos actuales.
Apostamos por la digitalización de las herramientas que nos permitan mejorar la efectividad de los procesos.
Nuestro objetivo actual es seguir superándonos día a día para que en tu mesa no falten productos calandinos de primera calidad.
Si de algo estamos orgullosos en Marchenica es por ofrecer productos calandinos que logran superar las expectativas de hasta los paladares más exigentes.
Muchos de nuestros alimentos están garantizados por su Denominación de Origen. Con esta calificación tienes asegurado que vas a consumir productos que incluyen unas características únicas que no poseen otros productos similares producidos en otros campos y un nivel de calidad excelente.
Desde la comarca del Bajo Aragón hasta tu mesa
En Marchenica nos gusta ofrecer los mejores productos de nuestro territorio.
Por ello podemos decir a ciencia cierta que los productos de las tierras aragonesas no tienen nada que envidiar a los de otras regiones.
El Bajo Aragón tiene un sabor único y cuenta con una lista interminable de alimentos de máxima calidad gastronómica. Desde el Melocotón de Calanda que goza de una dulzura y exquisitez inigualable, pasando por el Jamón de Teruel que posee un sabor inconfundible, hasta su Aceite de Oliva Virgen Extra que es puro oro líquido para tus recetas.
Historia, cultura y gastronomía.
Un cocktail extraordinario que convierte a la comarca del Bajo Aragón en un placer para los cinco sentidos.